Mosaico

Le corrí de una uni a la otra, llegué con el aliento correteado y el maquillaje a medio irse de mi cara, peor para todos, se ve más que no he dormido bien: después supe que muchos no lo hicieron y cada semestre, aunque lleve casi 16 años aprendiendo junto con los alumnos, me come el estrés del primer día. Pero ya no me pregunto cómo serán, porque siempre son de lo mejor, así que sólo me espero a ver siempre la sorpresa de un mosaico.

Me sorprende el que me pregunta si voy a tolerar que suenen los celulares, si debe o no comprar una libreta especial (¿por qué condicionan tanto a los estudiantes?), la que me suplica -entre risillas- que no la haga sufrir este semestre, el que se me pega a mi cachete y me dice que huelo rico, el que sé que quiere abrazarme pero le da pena, la que da en el clavo a los ejercicios diagnósticos, el que me sigue mirando indiferente...

Mis alumnos, sorpresa interminable, un mosaico perfecto.
Bienvenidos a este semestre.
Con cariño,
Sofía