¿A qué le tiras cuando sueñas ... comunicólogo?
Todas ellas son figuras de todos mis días antes de quedarme dormida, imágenes que, lo juro sin chanquitos, son naturalitas, no creadas por la ingestión de ninguna droguita.
Así como yo imagino antes, durante y después de dormirme, veo a los estudiantes bailar, improvisar, actuar, dibujar, cantar, tocar, diseñar; los veo con una creatividad a punto de explotar y me pregunto porqué nos da tanto miedo aceptar que nos pagan por eso, por no ponernos serios, por no ser cuadrados, por imaginar, por ser "raros" e irreverentes y que la cualidad más fuerte que tenemos es esa excentricidad que nos permite crear. ¿Por qué entonces cuando acabamos la carrera y aún antes, cuando estamos en los semestres terminales, nos empezamos a poner serios y a forzarnos a ser "realistas"?
Que no nos dé miedo, volemos con nuestras piernas carcomidas, nuestros buenos o malos poemas, con las ideas que les ponen la cara de guat a nuestros amigos, volemos con lo que somos y sepamos que no es un juego, que es por lo que nos pagan y que definitivamente nuestras ideas:
Hace más o menos cuatro meses, la factoría de ficción más grande la TV española, la empresa Globomedia, me contrató para llevar adelante un proyecto inédito y divertidísimo: crear una blogonovela que, al mismo tiempo, pudiera leerse por Internet y verse en la tele en formato de sit-com. Después de semanas de trabajo placentero, la serie “Mi querido Klikowsky” emitió su primer capítulo el pasado lunes por la noche, a las 22:00, por la cadena ETB, al mismo tiempo que, desde otra pantalla, el weblog de Saúl Klikowsky comenzaba a contar la misma historia a través de la Red.
Anoche, quienes hayan tenido la suerte de sintonizar en la tele (Vía Digital en Europa, DirecTV en Latinoamérica) el canal ETB, podrán decir —en el futuro— que presenciaron la primera fusión mundial entre la sit-com y el weblog. No sólo eso. También habrán visto, por primera vez, una serie española en donde la trama gira alrededor de un argentino.
“Mi querido Klikowsky” es la historia de Saúl, un porteño de 28 años, hincha de Boca, judío, ingeniero, que vivía tranquilamente en Londres hasta que el destino quiere que se enamore de una vasca preciosa. Viven un idilio intenso en Inglaterra, pero después de un par de meses la vasca se vuelve a su pueblo porque extraña a su familia; Saúl, muy encajetado, deja todo para seguirla. La serie comienza en este punto (el blog, un poco antes).
Al llegar a Eibar, un pueblo de la Euskadi más profunda y con costumbres muy arraigadas, Saúl debe adaptarse a su familia política, los Guerricaetxebarria, y sobre todo a su suegro, Txomin, un vasco muy, pero muy vasco, que lo que menos quiere en el mundo es que su única hija, la luz de sus ojos, se comprometa con un charlatán argentino.
Como ven, la trama ya de por sí es interesante: nos pinta un choque cultural intenso entre dos culturas muy particulares y cabezonas: los vascos y nosotros. Pero hay algo más, que lo hace todavía mejor: Saúl, el personaje principal de la serie, tiene un blog. Y en su blog le cuenta, a sus amigos y parientes de Buenos Aires, todo lo que le cuesta adaptarse a su nuevo hábitat.
La serie abre y cierra cada capítulo con Saúl Klikowsky en un cibercafé, narrando en su blog las peripecias que le ha tocado vivir durante la semana. Pero lo bueno es que la ficción, en este punto, se bifurca, porque el weblog existe literalmente. Es un blog normal, sin ningún indicio de ficción televisiva. Es un blog, digámoslo así, que si lo lee alguien de Puerto Rico se lo traga como real.
Técnicamente, dos actores interpretan a Saúl Klikowsky: uno en la tele (Martín Gervasoni) y otro en el blog (yo mismo). Gervasoni le pone voz y cuerpo frente a las cámaras, y yo le pongo argumento complementario desde una pantalla de ordenador.
La suerte ha querido que me toque trabajar con gente muy creativa y con la cabeza abierta, por lo que me han dado luz verde para recrear, en el blog, situaciones de ficción que no necesariamente tienen que ser idénticas a la trama televisiva. Es decir, lo que ocurrirá todos los lunes en la serie, no será lo mismo que se leerá en el blog, pero las historias o reflexiones de uno y otro formato se complementarán sin fisuras.
El blog comenzó a publicarse hace un par de meses, y allí se cuenta también la "prehistoria" de la serie. Es decir, cómo se conocen Saúl y la que será su novia, y que lo lleva a él a dejarlo todo para irse a vivir con ella. Gracias a la ayuda valiosísima de una veintena de comentaristas habituales de Orsai, el trabajo se convirtió en un juego. Si navegan el pasado del blog, verán que muchos lectores se han puesto en la piel de amigos de Saúl de la infancia, y de este modo la ficción ha navegado en las fronteras de la realidad, o de lo posible.
En lo personal, ésta es la primera vez que concibo un blog de ficción como un producto directo de marketing. La variante, por inédita, merece también ser detallada: se ha abierto, con este proyecto, una puerta económica muy interesante para los escritores que dominamos el formato blog, y eso siempre es auspicioso.
La todavía breve historia de la blogonovela, este género literario flamante que nació hace dos años con Los Bertotti, ha dado ayer por la noche un paso más, saltando a un nuevo formato: el televisivo. Dentro de tres semanas, con el lanzamiento editorial de “Más respeto, que soy tu madre” en España, el género dará una nueva zancada, esta vez hacia las góndolas de las librerías. Pero ésa es una historia que contaré más adelante.
Mientras tanto, los invito a ver la serie, cada lunes a las 22. La primera emisión (que ocurrió ayer) no pudo tener un inicio más auspicioso: fue líder de audiencia en su franja horaria, con un 25,8% de media, ganándole a CSI.